Actualmente, las empresas tienen y deben fidelizar a sus clientes. Conocer todas y cada una de sus necesidades, para poder satisfacerlas.
Nuestro deber es preguntar a nuestros clientes si están contentos con la atención recibida y con los productos ofertemos.
La crisis ha disparado la competitividad de las empresas, convirtiendo la fuga de clientes como el principal problemas de las empresas.
El 10% de las fugas de clientes son por motivos comerciales y el 70 % son por malas experiencias con las compañías, los clientes sienten que le son indiferente a las empresas.
Hoy en día, una empresa no se puede permitir el lujo de menos preciar a un cliente. Un cliente insatisfecho será una mala promoción para la empresa.
Es normal, que ese 70% actúe así, acaso nosotros no lo hacemos cuando sentimos que no nos han tratado como deberían, así que: ¿Porqué no van a pensar igual que nosotros?.
Mejorar la atención al cliente es un verdadero reto, ya que abarca cualquier contacto que tengamos con el cliente: desde ofrecer una sonrisa la primera vez que el cliente nos quiere preguntar algo o el tono de la voz al descolgar el teléfono, como le guiemos sobre las ventajas de escoger un producto u otro, hasta informar al cliente si la empresa tiene un problema técnico.
El cliente será coherente, y comprenderá mejor porque estamos tardando más o no le estamos prestando la suficiente atención. Debe ser informado en todo momento.
Realizar estas actividades solo nos puede beneficiar:
- Fidelización y lealtad.
- Que el "boca a boca" haga su trabajo, nuestra buena reputación aumentará.
- Mejora de nuestra imagen de marca, credibilidad y posicionamiento.
- Nos diferenciará de la competencia.
Ofreciendo un trato amable, cordial y cercano puedes obtener grandes beneficios para la empresa.
Nuestro trabajo es conocer y satisfacer las necesidades de nuestros clientes.

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