Christian Wulff ha declarado, en su comparecencia ante los medios, "que el desarrollo reciente de los acontecimientos han deteriorado la confianza de los ciudadanos". Normal, ¿Qué esperaba?.
Sin duda, estos acontecimientos han supuesto un duro revés para la Canciller Alemana, Angela Merkel, al recomendar a Wulff para el cargo.
También, supone un duro golpe para la confianza del pueblo hacia sus dirigentes políticos. Cada día nos encontramos con más políticos acusados de acciones ilícitas, los mismos que deberían dar ejemplo de honradez e integridad.
En cambio, demuestran todo lo contrario.
El pueblo esta indignado. Pero nos encontramos impasibles y estáticos en nuestros cómodos asientos.
¿Hasta cuándo?
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