Algunos pensarán que ha sido un demente, otros que ha sido un valiente. Lo que nadie le negará a este Señor es su determinación a la hora de mirar hacía abajo y tirarse desde la cápsula que lo transportaba, hacía el espacio exterior, para superar la velocidad de la luz.
Según ha declarado el propio Felix no ha sido un salto fácil. Porque la situación se le complicó al perder el dominio de su cuerpo y girar sin control durante unos minutos. Hasta que finalmente pudo solventar los problemas, dentro de lo posible, teniendo en cuenta la peligrosidad del salto.
He visto las imágenes en repetidas ocasiones, y todavía no he conseguido averiguar si lo considero un valiente o un demente. ¿Qué opinan?
Probablemente, 2012 pasará a la historia por la crisis económica que nos azota. Pero también lo hará este gran salto.

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